Esta semana queremos compartir información muy importante del NIH (Instituto Nacional del Cáncer). 
Cáncer
Cáncer es el nombre que se da a un conjunto de enfermedades  relacionadas. En todos los tipos de cáncer, algunas de las células del cuerpo  empiezan a dividirse sin detenerse y se diseminan a los tejidos del derredor.
El cáncer puede empezar casi en cualquier lugar del cuerpo  humano, el cual está formado de trillones de células. Normalmente, las células  humanas crecen y se dividen para formar nuevas células a medida que el cuerpo  las necesita. Cuando las células normales envejecen o se dañan, mueren, y  células nuevas las remplazan.
Sin embargo, en el cáncer, este proceso ordenado se  descontrola. A medida que las células se hacen más y más anormales, las células  viejas o dañadas sobreviven cuando deberían morir, y células nuevas se forman  cuando no son necesarias. Estas células adicionales pueden dividirse sin  interrupción y pueden formar masas que se llaman tumores.
Muchos cánceres forman tumores sólidos, los cuales son masas  de tejido. Los cánceres de la sangre, como las leucemias, en general no forman  tumores sólidos.
Los tumores cancerosos son malignos, lo que significa que se  pueden extender a los tejidos cercanos o los pueden invadir. Además, al crecer  estos tumores, algunas células cancerosas pueden desprenderse y moverse a  lugares distantes del cuerpo por medio del sistema circulatorio o del sistema  linfático y formar nuevos tumores lejos del tumor original.
Al contrario de los tumores malignos, los tumores benignos  no se extienden a los tejidos cercanos y no los invaden. Sin embargo, a veces  los tumores benignos pueden ser bastante grandes. Al extirparse, generalmente  no vuelven a crecer, mientras que los tumores malignos sí vuelven a crecer  algunas veces. Al contrario de la mayoría de los tumores benignos en otras  partes del cuerpo, los tumores benignos de cerebro pueden poner la vida en  peligro.
Diferencias entre las células cancerosas y las células  normales
Las células cancerosas difieren de las células normales de  muchas maneras que les permiten crecer sin control y se vuelven invasivas. Una  diferencia importante es que las células cancerosas son menos especializadas  que las células normales. Esto quiere decir que, mientras las células normales  maduran en tipos celulares muy distintos con funciones específicas, las células  cancerosas no lo hacen. Esta es una razón por la que, al contrario de las  células normales, las células cancerosas siguen dividiéndose sin detenerse.
Además, las células cancerosas pueden ignorar las señales  que normalmente dicen a las células que dejen de dividirse o que empiecen un  proceso que se conoce como muerte celular programada, o apoptosis, el cual usa  el cuerpo para deshacerse de las células que no son necesarias.
Las células cancerosas pueden tener la capacidad para  influir en las células normales, en las moléculas y en los vasos sanguíneos que  rodean y alimentan las células de un tumor— una zona que se conoce como el  microambiente. Por ejemplo, las células cancerosas pueden inducir a las células  normales cercanas a que formen vasos sanguíneos que suministren oxígeno y  nutrientes, necesarios para que crezcan los tumores. Estos vasos sanguíneos  también retiran los productos de deshecho de los tumores.
Las células cancerosas, con frecuencia, son también capaces  de evadir el sistema inmunitario, una red de órganos, tejidos y células  especializadas que protege al cuerpo contra infecciones y otras enfermedades.  Aunque ordinariamente el sistema inmunitario elimina del cuerpo las células  dañadas o anormales, algunas células cancerosas son capaces de  "esconderse" del sistema inmunitario.
Los tumores pueden también usar el sistema inmunitario para  seguir vivos y crecer. Por ejemplo, con la ayuda de algunas células del sistema  inmunitario que impide ordinariamente una respuesta inmunitaria descontrolada,  las células cancerosas pueden de hecho hacer que el sistema inmunitario no  destruya las células cancerosas.
Cómo aparece el cáncer
El cáncer es una enfermedad genética— es decir, es causado  por cambios en los genes que controlan la forma como funcionan nuestras  células, especialmente la forma como crecen y se dividen.
Los cambios genéticos que causan cáncer pueden heredarse de  los padres. Pueden suceder también en la vida de una persona como resultado de  errores que ocurren al dividirse las células o por el daño del ADN causado por  algunas exposiciones del ambiente. Las exposiciones ambientales que causan  cáncer son las sustancias, como los compuestos químicos en el humo de tabaco y  la radiación, como los rayos ultravioleta del sol. (Nuestra página de Causas y  factores de riesgo del cáncer tiene más información).
El cáncer de cada persona tiene una combinación única de  cambios genéticos. Conforme sigue creciendo el cáncer, ocurrirán cambios  adicionales. Aun dentro de cada tumor, células diferentes pueden tener cambios  genéticos diferentes.
En general, las células cancerosas tienen más cambios  genéticos, como mutaciones en el ADN, que las células normales. Algunos de  estos cambios pueden no estar relacionados con el cáncer; pueden ser el  resultado del cáncer y no su causa.
"Causantes" de cáncer
Los cambios genéticos que contribuyen al cáncer tienden a  afectar tres tipos principales de genes — proto-oncogenes, genes supresores de  tumores y genes reparadores del ADN. Estos cambios se llaman a veces  "causantes" de cáncer.
Los proto-oncogenes se dedican al crecimiento y división  celular normal. Sin embargo, cuando estos genes se alteran en ciertas maneras o  son más activos de lo normal, ellos pueden convertirse en genes causantes de  cáncer (u oncogenes), al permitir a las células que crezcan y sobrevivan cuando  no deberían.
Los genes supresores de tumores se dedican también a  controlar el crecimiento y la división celular. Las células con algunas  alteraciones en los genes supresores de tumores pueden dividirse en una forma  sin control.
Los genes reparadores del ADN se dedican a arreglar un ADN  dañado. Las células con mutaciones en estos genes tienden a formar mutaciones  adicionales en otros genes. Juntas, estas mutaciones pueden causar que las  células se hagan cancerosas.
Conforme los científicos han aprendido más acerca de los  cambios moleculares que resultan en cáncer, ciertas mutaciones se han  encontrado juntas en muchos tipos de cáncer. A causa de esto, los cánceres se  caracterizan a veces según los tipos de alteraciones genéticas que se cree son  causantes, no solo por el sitio del cuerpo en donde se forman y por la forma  como se ven las células cancerosas al microscopio.
Metástasis; en la ilustración, se muestra un cáncer primario  que se diseminó desde el colon hasta otras partes del cuerpo (pulmón y  cerebro). En el panel, se muestran células cancerosas que se diseminan desde el  cáncer primario, por medio de sistema vascular y linfático, hasta otra parte  del cuerpo donde se formó un tumor metastásico. 
En la metástasis, las células cancerosas se separan del  sitio donde se formaron inicialmente (cáncer primario), se desplazan por medio  del sistema vascular o linfático, y forman nuevos tumores (tumores  metastásicos) en otras partes del cuerpo. El tumor metastásico es el mismo tipo  de cáncer que el tumor primario.
Cuando el cáncer se disemina
Un cáncer que se ha diseminado desde el lugar en donde  empezó primero a otras partes del cuerpo se llama cáncer metastático. El  proceso por el cual las células del cáncer se diseminan a otras partes del  cuerpo se llama metástasis.
El cáncer metastático tiene el mismo nombre y el mismo tipo  de células cancerosas que el cáncer original o primario. Por ejemplo, el cáncer  de seno, o mama, que se disemina a los pulmones y forma un tumor metastático se  llama cáncer metastático de seno y no cáncer de pulmón.
Al observarlas al microscopio, las células del cáncer  metastático tienen en general el mismo aspecto que las células del cáncer  original. Además, las células del cáncer metastático y las células del cáncer  original tienen de ordinario algunas características moleculares en común, como  la presencia de cambios específicos en el cromosoma.
El tratamiento puede ayudar a prolongar las vidas de algunas  personas con cáncer metastático. Aunque, en general, el objetivo principal de  los tratamientos para cáncer metastático es controlar el crecimiento del cáncer  o aliviar los síntomas que causa. Los tumores metastáticos pueden causar un  grave daño al funcionamiento del cuerpo, y la mayoría de la gente que muere por  cáncer muere por enfermedad metastática.
Cambios no cancerosos en los tejidos
No todo cambio en los tejidos del cuerpo es canceroso. Sin  embargo, algunos cambios pueden hacerse cancerosos si no reciben tratamiento.  Estos son algunos ejemplos de cambios en los tejidos que no son cancerosos  pero, en algunos casos, necesitan vigilarse.
La hiperplasia ocurre cuando las células en un tejido se  dividen más rápido de lo normal y las células adicionales se acumulan o  proliferan. Sin embargo, las células y la forma como está organizado el tejido  se ven normales al microscopio. La hiperplasia puede ser causada por varios  factores o situaciones, incluso por la irritación crónica.
La displasia es un estado más grave que la hiperplasia. En  la displasia hay también una acumulación de células adicionales. Pero las  células se ven anormales y hay cambios en la forma como está organizado el  tejido. En general, en cuanto más anormales se ven las células y el tejido,  mayor es la posibilidad de que se forme cáncer.
Algunos tipos de displasia pueden necesitar que se vigilen o  que se traten. Un ejemplo de displasia es un lunar anormal (llamado nevo  displásico) que se forma en la piel. Un nevo displásico puede convertirse en  melanoma, aunque la mayoría no lo hacen.
Un estado aún más grave es un carcinoma in situ. Aunque a  veces se llama cáncer, el carcinoma in situ no es cáncer porque las células  anormales no se extienden más allá del tejido original. Es decir, no invaden  tejido del derredor como lo hacen las células cancerosas. Pero, ya que algunos  carcinomas in situ se convierten en cáncer, de ordinario reciben tratamiento.
Tipos de cáncer
Hay más de 100 tipos de cáncer. Los tipos de cáncer reciben,  en general, el nombre de los órganos o tejidos en donde se forman los cánceres.  Por ejemplo, el cáncer de pulmón empieza en las células del pulmón, y el cáncer  de cerebro empieza en las células del cerebro. Los cánceres pueden también  describirse según el tipo de célula que los forma, como célula epitelial o  célula escamosa.
Se puede buscar en el sitio web del Instituto Nacional del  Cáncer información sobre los tipos específicos de cáncer basándose en la  ubicación en el cuerpo o al usar nuestra lista de cánceres de la A a la Z.  También tenemos información agrupada sobre cánceres en la niñez y cánceres en  adolescentes y adultos jóvenes.
Estas son algunas categorías de cánceres que empiezan en  tipos específicos de células:
Carcinoma
Los carcinomas son los tipos más comunes de cáncer. Se  forman en las células epiteliales, las cuales son las células que cubren las  superficies internas y externas del cuerpo. Hay muchos tipos de células  epiteliales, las cuales tienen con frecuencia una forma como de columna cuando  se ven al microscopio.
Los carcinomas que empiezan en diferentes tipos de células  epiteliales tienen nombres específicos:
El adenocarcinoma es un cáncer que se forma en las células  epiteliales que producen fluidos o mucosidad. Los tejidos con este tipo de  células epiteliales se llaman algunas veces tejidos glandulares. La mayoría de  los cánceres de seno, de colon y de próstata son adenocarcinomas.
El carcinoma de células basales es un cáncer que empieza en  la capa más baja o basal (en la base) de la epidermis, la cual es la capa  exterior de la piel de una persona.
El carcinoma de células escamosas es un cáncer que se forma  en las células escamosas, las cuales son células epiteliales que están debajo  de la superficie exterior de la piel. Las células escamosas revisten también  muchos otros órganos, como el estómago, los intestinos, los pulmones, la vejiga  y los riñones. Las células escamosas se ven planas, como escamas de peces,  cuando se ven al microscopio. Los carcinomas de células escamosas algunas veces  se llaman carcinomas epidermoides.
El carcinoma de células de transición es un cáncer que se  forma en un tipo de tejido epitelial llamado epitelio de transición o urotelio.  Este tejido, el cual está formado de muchas capas de células epiteliales que  pueden hacerse más grandes o más pequeñas, se encuentra en el revestimiento de  la vejiga, de los uréteres y en parte de los riñones (pelvis renal), y en  algunos otros órganos. Algunos cánceres de vejiga, de los uréteres y de los  riñones son carcinomas de células de transición.
Sarcoma
Los sarcomas son cánceres que se forman en el hueso y en los  tejidos blandos, incluso en músculos, tejido adiposo (graso), vasos sanguíneos,  vasos linfáticos y en tejido fibroso (como tendones y ligamentos).
El osteosarcoma es el cáncer de hueso más común. Los tipos  más comunes de sarcoma de tejido blando son el leiomiosarcoma, el sarcoma de  Kaposi, el histiocitoma fibroso maligno, el liposarcoma y el  dermatofibrosarcoma protuberante.
Leucemia
Los cánceres que empiezan en los tejidos que forman la  sangre en la médula ósea se llaman leucemias. Estos cánceres no forman tumores  sólidos. En vez de eso, un gran número de glóbulos blancos anormales (células  leucémicas y blastocitos leucémicos) se acumulan en la sangre y en la médula  ósea y desplazan a los glóbulos normales de la sangre. La concentración baja de  células normales de la sangre puede hacer que el cuerpo lleve con dificultad  oxígeno a los tejidos, que no controle las hemorragias o que no combata las infecciones.
Hay cuatro tipos comunes de leucemia, los cuales se agrupan  de acuerdo a la rapidez con la que empeora la enfermedad (aguda o crónica) y  del tipo de glóbulo en donde empieza el cáncer (linfoblástico o mieloide).
Nuestra página sobre la leucemia tiene más información.
Linfoma
El linfoma es un cáncer que empieza en los linfocitos  (células T o células B). Estos son glóbulos blancos que combaten las  enfermedades y que forman parte del sistema inmunitario. En el linfoma, los  linfocitos anormales se acumulan en los ganglios linfáticos y en los vasos  linfáticos, así como en otros órganos del cuerpo.
Hay dos tipos principales de linfomas:
Linfoma de Hodgkin – Las personas que tienen esta enfermedad  tienen linfocitos anormales que se llaman células de Reed-Sternberg. Estas  células se forman, en general, de células B.
Linfoma no Hodgkin – Este es un grupo grande de cánceres que  empiezan en los linfocitos. Los cánceres pueden crecer con rapidez o con  lentitud y se pueden formar de células B o de células T.
Nuestra página sobre el linfoma tiene más información.
Mieloma múltiple
El mieloma múltiple es cáncer que empieza en las células  plasmáticas, otro tipo de células inmunitarias. Las células plasmáticas  anormales, llamadas células de mieloma, se acumulan en la médula ósea y forman  tumores en los huesos de todo el cuerpo. El mieloma múltiple se llama también  mieloma de células plasmáticas y enfermedad de Kahler.
Nuestra página sobre mieloma múltiple y otras neoplasias de  células plasmáticas tiene más información.
Melanoma
El melanoma es cáncer que empieza en las células que se  convierten en melanocitos, los cuales son células especializadas en producir  melanina (el pigmento que da el color a la piel). La mayoría de los melanomas  se forman en la piel, pero pueden formarse también en otros tejidos  pigmentados, como en los ojos.
Nuestras páginas sobre el cáncer de piel y el melanoma  ocular tienen más información.
Tumores de cerebro y de la médula espinal
Hay diferentes tipos de tumores de cerebro y de la médula  espinal. Estos tumores se llaman según el tipo de célula en donde se formaron y  en donde primero se formó el tumor en el sistema nervioso central. Por ejemplo,  un tumor astrocítico empieza en las células del cerebro que tienen forma de  estrella y que se llaman astrocitos, los cuales ayudan a conservar sanas a las  células nerviosas. Los tumores de cerebro pueden ser benignos (no cancerosos),  o malignos (cancerosos).
Nuestra página sobre los tumores de cerebro y de médula  espinal en adultos tiene más información, como la tiene nuestro resumen de  tumores de cerebro y de médula espinal en niños.
Otros tipos de tumores
Tumores de células germinativas
Los tumores de células germinativas son un tipo de tumores  que empiezan en las células que forman los espermatozoides o los óvulos. Estos  tumores pueden ocurrir casi en cualquier parte del cuerpo y pueden ser benignos  o malignos.
Nuestra página sobre los tumores de células germinativas  tiene más información.
Tumores neuroendocrinos
Los tumores neuroendocrinos se forman de células que  secretan hormonas en la sangre como respuesta a una señal del sistema nervioso.  Estos tumores, los cuales pueden producir hormonas en cantidades mayores de lo  normal, pueden causar muchos síntomas diferentes. Los tumores neuroendocrinos  pueden ser benignos o malignos.
Nuestra definición de tumores neuroendocrinos tiene más  información.
Tumores carcinoides
Los tumores carcinoides son un tipo de tumores  neuroendocrinos. Son tumores de crecimiento lento que se encuentran  generalmente en el aparato gastrointestinal (con más frecuencia en el recto y  en el intestino delgado). Los tumores carcinoides pueden diseminarse al hígado  o a otros sitios del cuerpo, y pueden secretar sustancias como serotonina o  prostaglandinas y causar síndrome carcinoide.